
Por: Dr. Gilberto de los Santos Cruz
Yo puedo desaprobar lo que tú digas, pero
defenderé hasta la muerte tu derecho adecirlo
El 7 de junio de 1951 los editores de periódicos y el entonces presidente de la
República Miguel Alemán Valdés instituyeron el día de la libertad de expresión.
Medio siglo después, tras una relación tortuosa y complicada, el 3 de mayo de
2002 periodistas destacados y personajes de la sociedad civil alentaron en
México la celebración de este irrenunciable derecho, amparados por la
orientación de la Asamblea General de la ONU, entidad que desde 1993 había
acordado conmemorar el Día mundial de la libertad de prensa cada 3 de mayo.
En opinión de Gerson Hernández Mecalco,
profesor de asignatura de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
UNAM el balance arroja diversas escalas: en primer término un cuestionamiento:
¿Es o no sana la relación entre periodistas y gobierno?
Actualmente, dijo, No se ven gobiernos autoritarios que atenten contra los
periodistas. Lo que observamos, de acuerdo con análisis de Reporteros sin
fronteras, Artículo 19 y otras organizaciones, que desde hace aproximadamente
10 años en el mundo y en nuestro país otro factor que se está convirtiendo en
un riesgo para la libertad de expresión: el crimen organizado.
Respecto de la situación de los periodistas en el país, Hernández Melcalco detalló que no puede hacerse tabla rasa en las 32 entidades mexicanas, incluso dentro de las 16 alcaldías de la CDMX. Desde 2007, diversos periódicos al reproducir el modelo colombiano sus reporteros no firman las notas por seguridad.
En cuanto a la CDMX, el académico aseguró que la ciudad cuenta con una normatividad progresista, bajo la norma constitucional: “por ejemplo, que los periodistas en la CDMX puedan reservarse la identidad de sus fuentes, algo que debería ser obligado en el ámbito nacional. Los periodistas de la CDMX viven como en un santuario.
Actualmente, contrastó, Latino barómetro, una organización que analiza la confianza en las instituciones, sitúa a los medios de información en América Latina y en México, en los estratos más bajos en materia de confianza, es decir, credibilidad en la información. El hecho de que tengan más clicks o followers no significa que haya mejor información, situación que están enfrentando periódicos influyentes como The Washington Post o The New York Times o The Guardian, que han aceptado, desde la guerra en Irak y Afganistan, que han errado o difundido información falsa.
Cuestionado sobre el ejercicio de la libertad de prensa, el estudioso comentó que las luchas históricas de los periodistas han logrado poner en los reclamos sociales los artículos 6° y 7° constitucionales, mismos que ningún gobierno de forma proactiva había intentado. “Me parece que hay relación jurídica, pero, desafortunadamente, con frecuencia esas leyes no se respetan.
Por otra parte, sigue practicándose esa relación perversa en diversas entidades donde se sujeta a los medios mediante la propaganda estatal. Se sigue practicando la línea del presidente que decía: “no pago para que me peguen”.
En el contexto de los reportes de agresiones a la prensa de Artículo 19 donde se asegura que la mayoría de los ataques a la prensa fueron de autoridades ¿Cómo se puede garantizar la libertad de prensa?
En efecto, de acuerdo con Hernández Melcalco, casos documentados indican que autoridades municipales, gobernadores e, incluso, presidentes han atentado en contra de la prensa, como lo reporta Artículo 19. Otros informes como los de Reporteros sin fronteras, sitúan a nuestro país en el penoso segundo lugar, después de Irak como lugares peligrosos para ejercer el periodismo.
“Si se me pregunta por los responsables de la inseguridad y de los atentados a la libertad de expresión en el país, la respuesta, sin lugar a dudas se encuentran en los ámbitos de gobierno.
En la perspectiva del académico, la prensa ocupa un lugar destacado en un sistema político democrático. “El último reporte de la World Justice Proyect, cita una encuesta formulada en 136 países donde se concluye que los medios de información actúan como un contrapeso frente a los poderes autoritarios.
Por otra parte, Hernández Melcalco advirtió acerca de la importancia de los medios en la construcción de las sociedades democráticas. “La libertad de expresión y el derecho a la información está plasmado en la Constitución. No estamos inventando, y es una condición que el gobierno debe garantizar; no sólo en las jornadas electorales La gran responsabilidad de quienes hacen periodismo o lo estudian es exigir rendición de cuentas de nuestras autoridades”.
Actualmente, añadió, la comunicación política
circula también en las redes sociales (Twitter, Facebook y YouTube). Humberto
Eco decía que a veces Twitter parece una logia de idiotas. Cualquier persona
con un aparatito tiene el poder de emitir mensajes irresponsablemente, pero aun
así representa un riesgo legislar la internet, en general. Sin embargo, hay que
valorar la seguridad de los niños y el impacto del crimen organizado.
El 7 de junio se celebra en México el Día de la Libertad de Expresión. De este
modo se llama la atención de que la libertad de expresión es un derecho humano
básico, constitucional y fundamental. Este derecho permite además el ejercicio
de otros derechos como la libertad de prensa, la libre asociación y la
participación política. En esta fecha se recuerda a todos los gobiernos que
deben respetar los compromisos de libertad de información, aboliendo cualquier
medida que la limite.
Esta efeméride tiene su origen en tiempos de Benito Juárez, quien legisló para que los mexicanos se expresaran sin represiones
Al menos 83 gobiernos en todo el mundo han usado la pandemia de Covid-19 para justificar violaciones al ejercicio de la libertad de expresión y de reunión pacífica, señaló hoy Human Rights Watch. Las autoridades han atacado, detenido, procesado y, en algunos casos, asesinado a críticos, dispersado protestas pacíficas, cerrado medios de comunicación y promulgado leyes imprecisas para criminalizar expresiones que, según sostienen, amenazan la salud pública.
Las víctimas incluyen a periodistas, activistas, trabajadores de la salud, grupos políticos de oposición y otros actores que han criticado la respuesta de esos gobiernos al coronavirus. “Los gobiernos deben combatir el Covid-19 alentando a las personas a usar mascarillas, no a callarse”, expresó el director asociado de crisis y conflictos de Human Rights Watch. “Cuando se golpea, detiene, procesa y censura a críticos pacíficos se violan numerosos derechos fundamentales, incluida la libertad de expresión, al tiempo que no se hace nada para prevenir la pandemia”. Los gobiernos y otras autoridades estatales deben poner fin de inmediato a las restricciones excesivas a la libertad de expresión supuestamente impuestas para prevenir la propagación del Covid-19, y exigir que los responsables de graves abusos y violaciones de derechos humanos rindan cuentas, expresó Human Rights Watch. Human Rights Watch analizó las respuestas de gobiernos nacionales de todo el mundo a la pandemia de Covid-19 y concluyó que la injerencia ilegítima en la libertad de expresión ha sido una de las formas más comunes en las que se han extralimitado


