Eduardo Ramírez Aguilar, tras tomar protesta como Gobernador afirmó que trabajaría de la mano de todas las instituciones de seguridad y fuerzas armadas para regresar la paz a Chiapas.
Y así fue, con el Grupo Pakal de la Secretaría de Seguridad del Pueblo y con la Fiscalía General del Estado “limpió” todas las carreteras y el día 15 de diciembre de 2024 llevó a cabo un “operativo sorpresa” para detener a generadores de violencia en Comitán, sin imaginar que también tendría que detener a 93 policías municipales coludidos, incluyendo al mismo director.
Fue en ese momento en que medios señalaron al “Señor Fox”, Mario Guillén, alcalde de Comitán, de estar igualmente coludido con agrupaciones criminales; por lo que más tarde Jorge Llaven Abarca, titular de la Fiscalía General dijo que “nadie estaba excento de ser investigado” y se lanzó en contra de otros presuntos delincuentes, siendo uno de ellos un tío Abuelo de la presidenta de Villaflores Valeria Rosales (quien dicho sea de paso se escapó).
Posteriormente, el día 30 de diciembre de 2024 Eduardo Ramírez llevó a cabo un evento público en Motozintla acompañado del Grupo Pakal y de otras fuerzas del orden, en donde recalcó a todos los alcaldes que tuvieran cuidado si tenían nexos con células delictivas porque “no iban a tardar y se iban a ir para afuera”. Días después, el 05 de enero de 2025 cayó el primer presidente municipal coludido con la delincuencia y señalado de corrupción, siendo el alcalde de Frontera Comalapa José Antonio “N”; lugar en donde también encontrarían drones, armas de fuego, vehículos ligeros y los temidos vehículos “mostruos”.
Actualmente, no quedan dudas que Eduardo Ramírez quiere un estado libre de violencia y libre de grupos criminales que han utilizado al pueblo para hacerse de poder y de bienes; aunque cientos se siguen preguntando: ¿Qué pasará con los delincuentes de cuello blanco? ¿Habrá perdón para los que han robado del erario dos o hasta tres veces? ¿Vendrán a Tonalá o a Pijijiapan o a otro municipio de la costa a poner orden? De momento sin respuestas hasta que la “garra del jaguar” caiga otra vez sobre más delincuentes.