Olger prefirió pasar el fin de año con su familia, allá en el barrio del centro de Paredón, pero para este 2016 ya se había trazado uno de los propósitos: cruzar el río Bravo para ir en busca del “Sueño Americano”, donde muchos correligionarios han perecido al intentar burlar la frontera, y para este gran deportista no fue la excepción.
El día 20 de enero Olger Ordóñez Márquez, de 44 años de edad, quien era jugador de futbol amateur en esa bahía había abandonado junto con otros compañeros la bahía. “Voy extrañar mucho el pescado, la liza y los camarones ah! Y el fútbol, pero me voy con la bendición de Dios para sacar adelante a mi familia”, serían sus últimas palabras antes de salir de su tierra natal, sin embargo el destino ya le tenía deparado otro propósito.
El viernes cuando ya había burlado la vigilancia migratoria y había nadado las aguas frías del Río Bravo, fue descubiertos por los guardias estadounidenses por lo que de inmediato Olger Ordoñez volvió a sumergirse a las traicioneras aguas del río y fue ahí donde murió de un infarto, se dijo que le provino, por el gran esfuerzo que hizo y por el intenso frio de las aguas. Uno de sus familiares de Paredón señaló que será este domingo cuando arribe su cuerpo para que sus familiares le brinden cristiana sepultura en el panteón del mismo lugar que lo vio nacer.
Olger fue un hombre entregado a su familia, a sus hijos y a su esposa, era futbolista amateur y jugaba con un equipo de Paredón que lidera Gil “El Loco” Hernández, donde juró regresar de Estados Unidos, una vez que hiciera su patrimonio para enrolarse nuevamente con ese equipo futbolero. Sus amigos siempre lo llamaron Jimm, era un señor buena onda, dijo su familiar en entrevista.
Esta noticia sorprendió a los futbolistas tanto de la bahía como de Tonalá, pues muchas veces corrió jugando en los campos de futbol como el estadio, campo Ayuntamiento y Unidad Deportiva. Le sobreviven sus padres Rodulfo Ordoñez y Gloria Márquez, mismo que se encuentra consternado por esta irremediable perdida.