“Su Amor por Aprender” ¡¡Fomentar!!
Por: Dr. Gilberto de los Santos Cruz
1.- Educar con el ejemplo. Los niños comienzan a imitar a los adultos ya otros infantes en el periodo de edad que se encuentra entre los 8 y 12 meses.
‘’la imitación es la expresión de los intentos por parte del niño para comprender la realidad e ‘interactuar’ eficazmente con su mundo’’.
Es por ello que siempre se dice que la educación comienza en casa, siendo los padres los modelos a seguir para sus hijos.
Recuerda que tus acciones y actitudes hablan más fuerte que tus palabras. Es por ello que, si deseas inculcar valores como la honestidad, el respeto y la empatía en tus hijos, debes demostrar estos valores en tu vida diaria, en tus comportamientos, estilo de vida y la imagen que transmites.
2. Educa al hijo que tienes, no al que te gustaría tener
Cada niño es único, con habilidades, intereses y personalidades distintas. Y aunque todos los padres tenemos altas expectativas sobre el futuro de nuestros hijos, es preciso comprender su realidad actual para tener mejores resultados.
Educar a tus hijos implica comprender sus peculiaridades y adaptar tu enfoque educativo según sus necesidades y características.
¿Cómo hacerlo? Observa sus fortalezas y áreas de mejora, y apóyalos para que crezcan y aprendan a su ritmo.
Escucha activamente a tus hijos para comprender sus intereses y necesidades.
Adapta tu estilo de crianza a la personalidad y las capacidades individuales de cada hijo.
Brinda oportunidades para que exploren sus talentos y pasiones únicas.
3. Recompensa las buenas acciones
Reconocer y celebrar los logros y comportamientos positivos de tus hijos ofrece muchas ventajas en la educación de los más pequeños. Un elogio genuino y un reconocimiento pueden motivarlos a seguir haciendo cosas buenas.
Establece un sistema de recompensas que refuerce los comportamientos deseados, como un elogio verbal, una salida especial o tiempo adicional de juego. Para que esta acción tenga una mayor efectividad, te recomendamos ser específico en tus elogios, destacando lo que hicieron bien y por qué eso es importante.
Sin embargo, debes elegir muy bien la recompensa, pues a veces los premios pueden ser tan perjudiciales como los castigos.
4. La comunicación abierta es clave
Fomenta un ambiente donde tus hijos se sientan seguros para expresar sus pensamientos, emociones y preocupaciones.
¿Cómo educar a tus hijos? A través del diálogo abierto y sin juicios, donde puedan plantear preguntas y recibir orientación, construyendo así una relación basada en la confianza y el entendimiento mutuo.
Dedica tiempo de calidad para hablar con tus hijos, escuchándolos activamente y mostrando interés genuino en lo que tienen que decir. Haz preguntas abiertas que les den la oportunidad de expresarse y compartir sus pensamientos.
Fomenta un ambiente donde se sientan cómodos compartiendo sus inquietudes y emociones, sin temor a ser juzgados.
5. Fomenta la curiosidad y el amor por el aprendizaje
Motiva a tus hijos a explorar el mundo que les rodea, a hacer preguntas y a buscar respuestas. Educa a tus hijos despertando su curiosidad y alimentando su sed de conocimiento.
Haz que el aprendizaje sea una experiencia emocionante y enriquecedora, no una tarea que debes cumplir por obligación. Por ello, es importante proporcionar a tus hijos acceso a libros, recursos digitales, aprovechando las ventajas de las tecnologías y actividades que les permitan aprender sobre temas que les interesan desde una edad temprana.
De igual forma, puede ser útil motivarlos a realizar cursos para niños de los temas de su preferencia, así como realiza experimentos, salidas al aire libre y visitas a museos para estimular su curiosidad.
Por último, es importante celebrar sus descubrimientos y logros, fomentando así su amor por aprender.
6. Establece límites claros y firmes
En muchas ocasiones, a la pregunta: ‘’¿cómo educar a mi hijo?’’, surgen respuestas alejadas de aspectos que consideramos negativos, como son los límites. Establecer límites es esencial para el desarrollo de los más pequeños, tanto en el periodo de la infancia como en la adolescencia. Ten en cuenta que los niños necesitan estructura y comprensión de lo que se espera de ellos.
Por ello, establecer límites claros les brinda seguridad y les enseña sobre responsabilidad y autorregulación.
7. Permíteles desarrollar autonomía e independencia
A medida que crecen, los niños necesitan la oportunidad de tomar decisiones y asumir responsabilidades. Educar a tus hijos implica permitirles aprender de sus errores y experiencias para que puedan tener un desarrollo autónomo.
La autonomía es esencial para que los niños puedan alcanzar una plenitud intelectual, emocional y moral.
¿Cómo educar a tus hijos para que sean más independientes?
Fomenta la toma de decisiones apropiadas para su edad y dales espacio para que se responsabilicen de ciertas tareas. Esto les ayudará a desarrollar habilidades de resolución de problemas y a ganar confianza en sí mismos.
8. Promueve su autoestima festejando las victorias
Reconocer los logros de tus hijos es fundamental para su autoestima y motivación. Celebra sus éxitos, ya sean grandes o pequeños. Bríndales el apoyo y la aprobación que necesitan para sentirse valorados.
Según los expertos, el elogio genuino y el reconocimiento fomentan una actitud positiva hacia el aprendizaje y la perseverancia. Esto también les motiva a establecer otras metas e intentar alcanzarlas, lo cual contribuye a desarrollar su espíritu emprendedor.
9. Sé flexible y comprensivo
La vida puede ser impredecible, no todo sale como lo planeas. Por ello, es importante educar a tus hijos de manera flexible, manteniéndose abierto a los cambios que pueden surgir. Sé comprensivo ante los cambios y desafíos que puedan enfrentar. Escucha sus preocupaciones y adapta tu enfoque según sus necesidades.
La comprensión y la flexibilidad fortalecen el vínculo entre padres e hijos, creando un ambiente de confianza y apoyo mutuo.
10. Estimula las habilidades sociales y emocionales La inteligencia emocional y las habilidades sociales son fundamentales en la vida de tus hijos.
Ayúdalos a entender y expresar sus emociones de manera adecuada.
Fomenta la empatía y la comprensión hacia los demás.
Proporciona oportunidades para interactuar con sus pares y aprender a trabajar en equipo.