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Rodrigo Ramón Aquino/Comunicado
Cuando se votó la reforma educativa se dijo: “La reforma no es perfecta”. Y esas fallas están saliendo a relucir en el proceso de llevarla al plano de la realidad, y lo peor, salen a relucir ahí dónde hay más pobreza y menor fortaleza institucional, sostuvo el Senador de Chiapas, Zoé Robledo, al solicitar para el Sur del país modificar las políticas de implementación de la reforma educativa.
“Nada bueno ha surgido en Chiapas cuando el gobierno, en lugar de reconocer que hay deficiencias en sus estructuras y abrir las puertas del diálogo, asume una posición defensiva. No es signo de debilidad reconocer errores, sí lo es obstinarse con una sola versión de la realidad.”
Desde la máxima tribuna de la Nación, el legislador chiapaneco mejor calificado a nivel nacional dijo que en el tema de la reforma no se puede echar a todos en mismo costal.
Dice el investigador del Colegio de México, Manuel Gil Antón: Es muy sencillo despreciar las críticas a la reforma educativa poniendo a todos los que la debaten en el mismo costal.
“Quiero decirlo aquí, en la máxima tribuna del país y decirlo muy claramente: los maestros no son los responsables de lo que sucede en Chiapas. Los maestros no son el enemigo. No es justo plantearlo así, ni es responsable. Lo dice también Gil Antón: En la implementación de la reforma se ha concebido al magisterio como el insumo a mejorar, no como socio en la transformación que urge”.
No es así, dijo, porque la reforma educativa planteó desde un inicio que los maestros eran los culpables de toda las fallas educativas del país; y todos sabemos que no es así.
“No es así porque Chiapas vive una realidad aparte del resto de la república, una realidad de pobreza y desigualdad. Ya lo dice la máxima aristotélica: Tan injusto es tratar desigual a los iguales que tratar igual a los desiguales”