
Herederos del Trono
Por: Alberto Ramos García/ A Fuego Lento.
Nadie se engañe a sí mismo. Si alguien de ustedes se cree sabio según este mundo, hágase necio a fin de llegar a ser sabio, cita el versículo 1 de Corintios 3:28, en la biblia.
La política como tal no es condenada por la Biblia, al contrario la Biblia durante los libros históricos de Samuel, Reyes y Crónicas devela a la política como algo esencial para la sociedad y como tal tiene como misión darle un orden correcto y funcional a la sociedad, y los malos actos perpetrados dentro de la corrupción en la política deben de denunciarse como lo que son: malos actos y delitos.
El texto bíblico citado en la primer línea, hace referencia a que nadie se engañe a sí mismo. Los corintios se creían sabios, pero se engañaban a sí mismos.
Y esto nos lleva a explicar la necedad de muchos exgobernadores, contando desde desde Pablo Salazar Mendiguchía hasta Manuel Velasco Coello, tratando de dejar a sus delfines como herederos del trono político, quizás en el afán a dar continuidad a la misma visión o legado, tal como ocurre en una monarquía hereditaria, solo que aquí no existen lazos consanguíneos sino de fraternidad, ni mucho menos títulos nobiliarios.
El orgullo de #Soloyo (Soyaló) quisó imponer con todoooo a su fiel amigo y hermano (en sentido figurado) Rubén Velázquez López, pero éste personaje oriundo de Villaflores, solo sobresalió durante la administración de Pablo Salazar y su fugaz carrera en la vida política de Chiapas terminó precisamente con la senaduría que heredó culminando el sexenio de la esperanza.
Por mucho que PSM buscó posicionarlo, las encuestas lo reprobaron.
Con el rompimiento de Pablo Salazar Mendiguchía con el PRI, el gran reto era que este partido no volviera al gobierno de Chiapas, y en ese momento, José Antonio Aguilar Bodegas era el mejor posicionado; al fracturarse el tricolor de manera interna, echo mano de un joven político con una marca registrada y muy popular de nombre Juan Sabines Guerrero, quien ganó y fue el gobernador de Chiapas.
Hasta el día de hoy, Salazar jura y perjura que fue Andrés Manuel López Obrador, quien le impuso al cachorro. De ser así, imagínese el gran golpe que recibió AMLO cuando Juan Sabines reconoció a Felipe Calderón como presidente de México, mientras el Peje planeaba hacer su toma de protesta como ”presidente legítimo” el 20 de noviembre de 2006.
Seis años después, a Juan Sabines Guerrero también le entró “el gusanillo” por dejar a su heredero y, operó para Seth Yassir Vázquez Hernández fuera su sucesor; pensó repetir la formula que le funcionó a él: ser presidente municipal de Tuxtla para de ahí llegar a las ligas mayores… pero todas las canicas estaban a favor del Güero (Manuel Velasco Coello), a quien su popularidad lo llevó a ganar la gubernatura de Chiapas, con una votación histórica jamás vista en Chiapas.
El “Güero” Velasco, dijera Jorge Toledo Coutiño (Q.E.P.D.), de una mente extraordinaria y privilegiada , puso en balanza la transición política, y no se confrontó con el candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, impuso a su delfin Fernando Castellanos Cal y Mayor, pero “caballo que alcanza gana”, desde el arrancadero el jinete Rutilio Escandón Cadenas comenzó a remontar y en las encuestas de todos los días hacían favoritos a José Antonio Aguilar Bodegas, Roberto Albores Guillen, al propio Fernando Castellanos.
El hombre fuerte Venustiano Carranza, ganó y convenció y hoy es el inquino de Palacio de Gobierno.
Dirán misa y el sereno, pero etiquetar a Rutilio que quiere dejar a su heredero en el trono del poder político y no es exclusividad de él, ni será el primero y ni el último en querer heredar su legado.
Indudablemente, en medio de la pugna para elegir al candidato de Morena a la gubernatura surgen algunos nombres que por el trabajo en tierra que han realizado en los últimos años podrían convertirse en “el quinto y sexto en discordia”.
Además de Eduardo Ramirez Aguilar, Zoé Robledo , Plácido Humberto Morales Vázquez , Sasil de León Villar , Ángel Torres Culebro y los que se sigan sumando, el delegado del Bienestar, José Antonio Aguilar Castillejos pronto aparecerá en las encuestas, y que decir de Luis Armando Melgar Bravo, quien también aspira a figurar en la boleta del 24.
El trabajo a nivel de tierra y la relación de amistad con el presidente Andrés Manuel, serán dos elementos que pesarán bastante en la famosa encuesta, con la cual Morena definirá a su candidato a gobernador en Chiapas.
A diferencia de otros perfiles que presumen cercanía con López Obrador, José Antonio Aguilar no sólo es requerido en Palacio Nacional para evaluar programas o avances profesionales, también es invitado a cenas y reuniones familiares; situación que ninguno de los otros suspirantes puede igualar.
Bueno y si hablamos de dos secretarios de estado, como Javier Jiménez Jiménez y José Manuel Cruz Castellanos, que también están mas que apuntados para participar, la lista sigue creciendo. Como anécdota, por ahí el secretario de Salud inclusive ya suena entre las encuestas que realizan en las colonias de la capital para conocer su posicionamiento y considerarlo como posible candidato de Morena; y bueno el de Hacienda ni que decir con toda la promoción de descuentos por multas, que ha tapizado la ciudad también con carteles donde aparece su rostro.
Finalmente…
Patético: En cada pueblo de la costa hay retenes de la Guardia Nacional, para “contener” el flujo migratorio; es lamentable ver un corredor de migrantes varados en los municipios de la periferia a Tapachula, al ver el panorama es inevitable no imaginar un mundo apocalíptico, donde las posibilidades de sobrevivir son nulas. Si a eso sumamos, el aumento del crimen organizado con ejecuciones, secuestros y cobro de piso, me cuestionó nuevamente, ¿cuál estrategia de seguridad para Chiapas? Lo cierto es que en ese rubro, la federación está mas que reprobada y descalificada.
Nos leemos mañana, Dios mediante, y la pregunta: Las ciudades de la T, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, ¿no son de los amores de Manuel Velasco Coello?… ¿Hay alguien que nos reporta?