El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue puesto en libertad luego de ser interrogado por tres horas sobre su relación con la trama de lavado de dinero y corrupción del “Caso Petrobras”.
Durante las primeras horas de la mañana, el domicilio del ex mandatario, la casa de uno de sus hijos y otras residencias, fueron registrados por la Policía en el marco de la “Operación Lava Jato”, en ella participaron unos 200 policías y 30 auditores de Hacienda, Lula da Silva fue llevado a declarar.
Tres horas después, Lula fue liberado y se dirige a la sede del Partido de los Trabajadores (PT) en São Paulo, ahí prevé reunirse con la cúpula del partido en el Gobierno para tratar esta crisis, probablemente la peor del partido que lleva 14 años en el poder.
Las autoridades brasileñas investigan la asignación de contratos de la petrolera brasileña Petrobras a cambio de pagos ilegales, donde podría encontrarse involucrado Lula, uno de los 60 políticos inmiscuidos en un caso por dos mil millones de dólares.
Los investigadores apuntan a la reforma de dos viviendas que frecuentaba Lula, pagadas por las constructoras Odebrecht y OAS, como una vía por la que el político recibió beneficios ilícitos, las dos empresas están implicadas en la trama de corrupción de Lava Jato.