Directivos del Museo de Paleontología “Eliseo Palacios Aguilera” presentaron el hallazgo fósil de un fémur derecho, perteneciente a un perezoso gigante (Eremotherium laurillardi), especie endémica de América que habitó al final del Pleistoceno, entre 40 mil y 9 mil 600 años atrás.
En este sentido, el director del Museo de Paleontología, Marco Antonio Coutiño, destacó que la pieza fue rescatada por los señores Mario Roberto Pérez Moreno y Audelino Hernández López, a orillas de un río en la Colonia Constitución 17, municipio de Socoltenango.
Detalló que el hallazgo fue reportado a las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn), por lo que personal del museo se trasladó al lugar y trajo la pieza para realizar los estudios correspondientes y aplicar las técnicas adecuadas para su conservación y posterior exposición al público.
Asimismo, el coordinador de Espacios de Exhibición de la Semahn, Luis Espejel García, destacó que este hallazgo pone a Chiapas como el estado con más restos de oso perezoso en México, por lo que su estudio ayudará a entender mejor la distribución y hábitat de esta especie en nuestro país.
Además, señaló que la colección paleontológica que posee el museo es muestra de la riqueza natural de la entidad chiapaneca, por lo que la comunidad paleontológica nacional e internacional reconoce la aportación que Chiapas realiza para la ciencia y la investigación en la materia.
Agregó que el descubrimiento de nuevos restos de fauna prehistórica siempre es importante, “pues a través de ellos podemos conocer y entender mejor nuestro pasado”.
Por su parte, Gerardo Carbot Chanona, investigador y responsable de la colección paleontológica de este museo, señaló que la pieza se encuentra en muy buen estado de conservación, pero aún sigue en estudios para determinar con exactitud la edad del fémur, calculando que debió haber pertenecido a un espécimen que vivió entre 12 mil a 40 mil años atrás.
De acuerdo a la longitud y grosor del fémur sugirió que haya pertenecido a un perezoso hembra.
Explicó que mediante análisis isotópicos en muestras de dientes de varios de estos individuos, se ha podido reconstruir el clima de la parte central de Chiapas durante el final del pleistoceno, lo que propició un ambiente adecuado para la convivencia de mamíferos de gran tamaño como perezosos y armadillos gigantes, mamuts, mastodontes, caballos, venados, grandes roedores y felinos como el Diente de Sable. En esta zona predominaba un ambiente de pastizal que reunía las condiciones favorables para el desarrollo de muchas especies.
Finalmente, dijo que las evidencias de estos organismos se conocen a través de huesos y dientes fosilizados que han sido rescatados en los municipios de Villaflores, Villa Corzo, La Concordia, Chiapa de Corzo, Suchiapa, Comitán de Domínguez y ahora en la región Tzimol-Socoltenango, a través del proyecto de inversión “Prospección y Resguardo del Patrimonio Paleontológico de Chiapas”.