El Partido Acción Nacional se encuentra en situación crítica ante el próximo proceso de verificación de afiliados que realizará el Instituto Nacional Electoral a partir de abril, donde deberá demostrar un mínimo de 256,030 militantes para conservar su registro. Según el último corte oficial de agosto 2023, el blanquiazul contaba con 277,665 afiliados, lo que representa un margen preocupantemente estrecho considerando la tendencia decreciente en su membresía. Esta circunstancia explica la reciente estrategia de apertura ciudadana y cancelación de alianzas anunciada por la dirigencia panista el pasado 18 de octubre.
El presidente del partido, Jorge Romero, ha impulsado un “relanzamiento” institucional que incluye elecciones primarias y procesos transparentes para captar nuevos liderazgos, reconociendo implícitamente la gravedad de la situación. Funcionarios electorales consultados señalan que la medida responde a un “mar político revuelto” donde la disputa por militantes se ha intensificado, particularmente frente a organizaciones como Morena que proyecta alcanzar diez millones de afiliados durante el presente año, según sus metas declaradas.
El contexto general muestra un panorama adverso para todas las fuerzas políticas debido al desencanto ciudadano, aunque las reglas para conservar el registro son estrictas y objetivas. Movimiento Ciudadano (384,005 afiliados), el Partido del Trabajo (457,624) y el Partido Verde (592,417) también se encuentran en zonas de riesgo, aunque con márgenes más amplios que el PAN. El caso del PRD, que perdió su registro en 2024 por no alcanzar el 3% de votación a pesar de contar con 999,249 militantes, sirve como advertencia sobre la desconexión entre afiliación formal y respaldo electoral.
La verificación que realizarán las áreas técnicas del INE en abril próximo determinará el futuro inmediato del histórico partido, fundado en 1939. Mientras el PRI mantiene considerable ventaja con 1.4 millones de afiliados, el PAN enfrenta el desafío de revertir su declive membership en un escenario donde la credibilidad de los partidos tradicionales sigue erosionándose entre el electorado, planteando un examen crucial para su supervivencia institucional. /Con información: jornada.com.mx
