
Por: Víctor Manuel Cruz Roque
03 de noviembre de 2025.- Imposible que le hayan hecho “corralito” sus cercanos colaboradores, porque a ese nivel y con–se supone–esa experiencia, no podía moverse una hoja del árbol COBACH, sin que él estuviese enterado. Miguel Prado de los Santos, hoy prófugo de la justicia, pecó de excesiva confianza en su manto protector; abusó y mordió la mano generosamente tendida hacia él.
No es el único que se extravió en los túneles oscuros por el goce circunstancial y momentáneo de poder.
Hay varios/as que están inflados de soberbia y se llama inmadurez. En cualquier momento les sucede lo que a Miguelito Prado, que se embriagó de chuchéz…¡Es cuánto!


